La castración es la extirpación quirúrgica de los órganos sexuales en machos (testículos) y hembras (ovarios y útero). Con ella, no sólo evitamos gestaciones indeseadas, sino que también eliminamos los efectos indeseables de las hormonas sobre el comportamiento de nuestras mascotas.
La edad más recomendable para la realización de la cirugía será antes del año de edad o después del primer celo, ya que los animales se recuperan mejor cuanto mas jóvenes sean; pudiéndose castrar a cualquier edad realizando una buena revisión prequirúrgica de los mismos.
Los animales no necesitan reproducirse (ni psicológica, ni fisiológicamente); y el hecho de tener alguna camada no evitará ninguna patología. Por contra, la castración resulta beneficiosa para la salud del animal (aumentando su esperanza de vida), y mejora su comportamiento, ya que:
- En hembras reduce la incidencia de tumores de mama, pseudogestaciones (embarazo psicológico), quistes ováricos, piómetras (infecciones uterinas), etc.
- En machos evita problemas prostáticos, tumores, hernias perianales, etc.
- Evita las conductas inapropiadas (sin alterar su vitalidad, ni su temperamento): marcaje con orina, instintos de monta o maullidos, problemas de agresividad por dominancia sexual, disminuye el estrés durante la época de celo, etc.
Tras la castración habrá que controlar la alimentación con una dieta adecuada para evitar el sobrepeso, ya que se reduce su metabolismo y los requerimientos energéticos diarios son menores.
Como veterinarios recomendamos la castración en los siguientes casos:
- Problemas de comportamiento: agresividad, marcaje con orina.
- Patologías hereditarias: displasia, criptorquidia (testículos retenidos que no descienden), alergias…
- Prevención de patologías: tumores de mama o prostáticos, enfermedades venéreas…
- Control de población: si tenemos machos y hembras que conviven en nuestra casa.
